Durante la transición española como sucesor de
Franco (por él designado y sin la aprobación de su propio padre) el príncipe Juan
Carlos, bajo el ala jurídica suprema de la Constitución accedió al trono
español como Juan Carlos I.
“El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas”.
“El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas”.
“El
Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el
sostenimiento de su Familia y Casa, y distribuye libremente la misma”.
“El
Rey nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares de su Casa”.
“Los
actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso,
por los Ministros competentes. La propuesta y el nombramiento del Presidente
del Gobierno, y la disolución prevista en el artículo 99, serán refrendados por
el Presidente del Congreso.”
“De los actos del Rey serán responsables las personas
que los refrenden”
De todo lo leído anteriormente y que viene reflejado en la Constitución española simplemente voy a hacer una serie de puntualizaciones, el rey, y lo pongo expresamente en minúscula, es hoy en día una figura, al igual por supuesto que toda su real familia, una figura simplemente decorativa. Es utilizado por el Gobierno, empresas públicas y privadas para conseguir contratos de TODA INDOLE dados todos los contactos que él y su familia (está emparentado con toda la monarquía europea) poseen en todo el mundo, le invitan a fiestas de lujo, bodas de postín, tiene un yate propio (es del patrimonio nacional pero ni tu ni yo podemos usarlo), castillo en Mallorca, Palacio en Barcelona (yo los puedo visitar pero no me puedo quedar a dormir).
Si
ya sé que mucha gente piensa que durante el 23F salvó al país del golpe de estado. Pues siento
decepcionaros pero NO, os puedo asegurar, porque hace poco que ha salido a la
luz pública que el rey jugó a dos bandas, o sea fue un cobarde y hizo ver a las instituciones democráticas que estaba con ellas y a los golpistas que los apoyaba a ellos y todo para
asegurarse su puesto. Si, señoras y señores fue así.
El rey no puede dar un
discurso, si no está de acuerdo con la política del gobierno que es quien se lo
sugiere, no puede dar un paso por un asunto sea cual sea sin comunicárselo al
Gobierno. Por eso ha sido grave este asunto de los elefantes, ya no por lo que
haya podido costar el viaje que seguro que se lo han pagado ni por la crueldad
de matar animales por placer, sino por la gravedad que nuestro rey se pase por
el forro a la Constitución Española que dice que todos sus actos han de ser
refrendados por el Presidente del Gobierno y en esta ocasión, NO LO FUERON, ya que el rey se limitó a comunicar el viaje, pero el Gobierno en ningun momento le dió su consentimiento se limitó a callar. Política que está siguiendo el Gobierno Popular con todos los actos privados del rey, no refrendan ya que está mal visto negarle algo al rey. Volvemos a estar en la España profunda, señoras y señores.