martes, 10 de abril de 2012

¿LEY DE TRANSPARENCIA?

En estos momentos, nuestro gobierno está debatiendo una ley sobre transparencia que podría ponerle coto a la desenfrenada corrupción que nos afecta. Pero ministros clave están impulsando un texto lleno de agujeros y excepciones, en un intento de socavar nuestras aspiraciones de lograr un gobierno más justo y honesto.

Durante décadas, nuestra cultura de secretismo ha sido un terreno abonado para las prácticas corruptas: contratos y licitaciones públicas irregulares, especulación urbanística, facturación fraudulenta, y mucho más. Todo ello ha ocasionado una hemorragia constante en nuestros impuestos y recursos públicos. Aun así, España continúa siendo el único país de la Unión Europea con más de 1 millón de habitantes que no cuenta con leyes que regulan el acceso de los ciudadanos a la información pública.

Los ciudadanos no podemos preguntar a nuestras instituciones públicas cómo y en qué se gastan nuestros impuestos, ni solicitar información crítica acerca de nuestros servicios de salud y educación, y a menudo se niegan a informarnos sobre sobre posibles riesgos medioambientales que repercuten en nuestra seguridad y bienestar. Escándalos de la magnitud de Gürtel, Palma Arena, los ERE y la SGAE podrían haber sido detectados y frenados mucho antes si hubiéramos tenido un marco legal y unos mecanismos eficaces de transparencia y acceso a la información pública.

La nueva ley de transparencia nos ofrece una oportunidad sin precedentes para darle un vuelco a la plaga de la corrupción y nepotismo en España, pero el anteproyecto presentado por el gobierno constituye apenas un paso de hormiga en la dirección adecuada. Voces expertas que están trabajando en esta campaña, opinan que a menos que sea mejorada sustancialmente, la nueva ley acabará convirtiéndose en un instrumento estéril, ya que excluye de su aplicación actividades cruciales llevadas a cabo por instituciones clave como el Parlamento, la Casa Real y el poder judicial. Asimismo, permite la aplicación arbitraria de un amplio elenco de excepciones que prevalecerían sobre el interés público.

Con nuestra economía patas arriba, cortes feroces a los servicios públicos y la corrupción campando a sus anchas en muchas de nuestras instituciones, está en nuestras manos tomar las riendas y construir una enorme ola de apoyo público en favor de una ley de transparencia fuerte que haga mella en nuestra cultura de opacidad y de mal gobierno impune.


2 comentarios:

  1. Acabo de encontrar tu blog y me está gustando mucho. Está muy bien leer algo bien pensado y bien escrito con bastante claridad hasta que yo, siendo de otro pais donde no se habla castellano, lo entiendo bien. Además me gusta que no solo explicas lo malo sino también propones alternativas para mejorar la situación.
    Esta falta de transparencia del gobierno me parece increible en un pais democratico de europa del siglo XXI. Esta falta de responsibilidad legal y politica es lo que permite que hagan su trabajo tan malamente sin ser juzgados.
    Que sigas escribiendo...!

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  2. La ley de transparencia es una cortina de humo, a fin de cuentas con el pacto fiscal los ahorrillos que tienen en negro los van a legalizar y entonces ya no podremos hacer nada.

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