viernes, 20 de abril de 2012

LA METEDURA DE PATA DEL REY


Durante la transición española como sucesor de Franco (por él designado y sin la aprobación de su propio padre) el príncipe Juan Carlos, bajo el ala jurídica suprema de la Constitución accedió al trono español como Juan Carlos I.

“El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas”.
“El Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su Familia y Casa, y distribuye libremente la misma”.
“El Rey nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares de su Casa”.
“Los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los Ministros competentes. La propuesta y el nombramiento del Presidente del Gobierno, y la disolución prevista en el artículo 99, serán refrendados por el Presidente del Congreso.”
“De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden”

De todo lo leído anteriormente y que viene reflejado en la Constitución española simplemente voy a hacer una serie de puntualizaciones, el rey, y lo pongo expresamente en minúscula, es hoy en día una figura, al igual por supuesto que toda su real familia, una figura simplemente decorativa. Es utilizado por el Gobierno, empresas públicas y privadas para conseguir contratos de TODA INDOLE dados todos los contactos que él y su familia (está emparentado con toda la monarquía europea) poseen en todo el mundo, le invitan a fiestas de lujo, bodas de postín, tiene un yate propio (es del patrimonio nacional pero ni tu ni yo podemos usarlo), castillo en Mallorca, Palacio en Barcelona (yo los puedo visitar pero no me puedo quedar a dormir).

Si ya sé que mucha gente piensa que durante el 23F salvó al país del golpe de estado. Pues siento decepcionaros pero NO, os puedo asegurar, porque hace poco que ha salido a la luz pública que el rey jugó a dos bandas, o sea fue un cobarde y hizo ver a las instituciones democráticas que estaba con ellas y a los golpistas que los apoyaba a ellos y todo para asegurarse su puesto. Si, señoras y señores fue así.

El rey no puede dar un discurso, si no está de acuerdo con la política del gobierno que es quien se lo sugiere, no puede dar un paso por un asunto sea cual sea sin comunicárselo al Gobierno. Por eso ha sido grave este asunto de los elefantes, ya no por lo que haya podido costar el viaje que seguro que se lo han pagado ni por la crueldad de matar animales por placer, sino por la gravedad que nuestro rey se pase por el forro a la Constitución Española que dice que todos sus actos han de ser refrendados por el Presidente del Gobierno y en esta ocasión, NO LO FUERON, ya que el rey se limitó a comunicar el viaje, pero el Gobierno en ningun momento le dió su consentimiento se limitó a callar. Política que está siguiendo el Gobierno Popular con todos los actos privados del rey, no refrendan ya que está mal visto negarle algo al rey. Volvemos a estar en la España profunda, señoras y señores. 

martes, 10 de abril de 2012

¿LEY DE TRANSPARENCIA?

En estos momentos, nuestro gobierno está debatiendo una ley sobre transparencia que podría ponerle coto a la desenfrenada corrupción que nos afecta. Pero ministros clave están impulsando un texto lleno de agujeros y excepciones, en un intento de socavar nuestras aspiraciones de lograr un gobierno más justo y honesto.

Durante décadas, nuestra cultura de secretismo ha sido un terreno abonado para las prácticas corruptas: contratos y licitaciones públicas irregulares, especulación urbanística, facturación fraudulenta, y mucho más. Todo ello ha ocasionado una hemorragia constante en nuestros impuestos y recursos públicos. Aun así, España continúa siendo el único país de la Unión Europea con más de 1 millón de habitantes que no cuenta con leyes que regulan el acceso de los ciudadanos a la información pública.

Los ciudadanos no podemos preguntar a nuestras instituciones públicas cómo y en qué se gastan nuestros impuestos, ni solicitar información crítica acerca de nuestros servicios de salud y educación, y a menudo se niegan a informarnos sobre sobre posibles riesgos medioambientales que repercuten en nuestra seguridad y bienestar. Escándalos de la magnitud de Gürtel, Palma Arena, los ERE y la SGAE podrían haber sido detectados y frenados mucho antes si hubiéramos tenido un marco legal y unos mecanismos eficaces de transparencia y acceso a la información pública.

La nueva ley de transparencia nos ofrece una oportunidad sin precedentes para darle un vuelco a la plaga de la corrupción y nepotismo en España, pero el anteproyecto presentado por el gobierno constituye apenas un paso de hormiga en la dirección adecuada. Voces expertas que están trabajando en esta campaña, opinan que a menos que sea mejorada sustancialmente, la nueva ley acabará convirtiéndose en un instrumento estéril, ya que excluye de su aplicación actividades cruciales llevadas a cabo por instituciones clave como el Parlamento, la Casa Real y el poder judicial. Asimismo, permite la aplicación arbitraria de un amplio elenco de excepciones que prevalecerían sobre el interés público.

Con nuestra economía patas arriba, cortes feroces a los servicios públicos y la corrupción campando a sus anchas en muchas de nuestras instituciones, está en nuestras manos tomar las riendas y construir una enorme ola de apoyo público en favor de una ley de transparencia fuerte que haga mella en nuestra cultura de opacidad y de mal gobierno impune.